martes, 3 de noviembre de 2015

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Mientras el universo transcurría con normalidad, ellos habían inventado mil maneras de tocarse más. Si la piel hablara, pediría poder sentir lo que se siente cuando me tocas. Si mi ojos pudiesen oler, no dudarían en que tu perfume fuese su primera vez. Si tus labios tuvieran un besó más que recibir, buscarían ese que inventamos cada día y nunca jamás nos dimos, pero es tan especial.
Si yo pudiese, con mis palabras, describir mi sentir, dibujaría un sin fin de incoherencias tan banales como las que acabo de reproducir, pero lo haría a tu lado, en tu maizal, en el impas de lo sueños donde los deseos se hacen realidad, en el regazo de tu alma donde guardo mi calma, mi fe y mi verdad. 

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